Insultar es una forma de comunicación que a menudo refleja más sobre quien insulta que sobre quien recibe el insulto. Muchas veces, las palabras hirientes surgen de frustraciones, inseguridades o intentos de poder. En lugar de fomentar el entendimiento, los insultos generan divisiones y resentimientos, dañando las relaciones y la comunicación efectiva. Reflexionar sobre la forma en que nos expresamos puede llevarnos a elegir palabras que construyan, en lugar de destruir. La empatía y la compasión son herramientas poderosas que pueden transformar momentos de conflicto en oportunidades para el diálogo y la reconciliación. Al final, el uso de las palabras es nuestra responsabilidad usarlas con sabiduría.